Anthony de Mello fue un sacerdote jesuita nacido en la India que nunca renunció a su capacidad de raciocinio. Para mí eso son los fanáticos, gente que todo lo concerniente a su fé lo aceptan sea bueno o malo de una manera ciega y sin hacer uso de la razón. El fanatismo puede tener consecuencias desastrozas de las cuales la humanidad ya ha sido testigo: La Santa Inquisición; El movimiento nazi y la masacre a judíos, Testigos de Jehová, Gitanos, Polacos, etc; Los Talibanes y la penosa destrucciòn de 1500 años de Historia al dinamitar las estatuas de Buda de Bamiyán. Ni qué decir de la llegada de los europeos -apenas salidos del periodo del oscurantismo- a América que en nombre de Dios intentaron desaparecer nuesta cultura y fueron responsables del Holocausto Americano.
Anthony de Mello, en cambio, sin renunciar a su fé, se atrevió a meter sus narices en otras religiones sin censurarlas y rescatando lo bueno de cada una de ellas. Les recomiendo sus libros "El canto del pájaro" y "Un minuto para el absurdo". De su lectura pueden sacar historias tan buenas como ésta:
Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaban para condolerse con él, y lamentar su desgracia, el labrador les replicó:
-«¿Mala suerte?¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Una semana después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió:
-«¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?».
Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir:
-“¿Mala suerte?¿Buena suerte? ¿Quién sabe?».
Una semana más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota le dejaron tranquilo.
-¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quiénsabe?
Todo lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser un disfraz del bien. Y lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente dañoso. Así, pues, será postura sabia que dejemos a Dios decidir lo que es buena suerte y mala y le agradezcamos que todas las cosas se conviertan en bien para los que le aman. Entonces compartiremos en algo aquella maravillosa visión mística de Juliana de Norwich de quien es la afirmación más hermosa y consoladora que jamás leí: (Y todo estará bien; y todo estará bien; todo género de cosas estará bien).
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Para Clau V. =)
Tomado del libro “Sadhana, un camino de oración“, del místico y sacerdote católico Anthony de Mello (1931-1987).
La fotografía es el atardecer que tengo el privilegio de observar cada tarde desde la terraza de mi oficina (vean la dos torres del hotel Marriot) y por lo cual le estoy muy agradecido a la vida en este momento.
1 comentario:
arr! ya te fuiste a la playa y no te despediste? malo!
Ohhh Arrrr! volvée!
XD
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